Qué me tragué: El documental Bebés (2010) del director francés Thomas Balmes, única pieza en su filmografía. Con una intromisión mínima por parte de las cámaras, se nos muestra el primer año de vida de cuatro bebés en puntos diversos de la geografía mundial: Mongolia, Japón, Estados Unidos y África.
Por qué: porque me encontraba especialmente sensible a la temática.
Qué tal digestión hice: tierna pero algo sosa. Si bien la música que acompaña los 80 minutos escasos de este documental y que firma Bruno Coulais es magistral, hay pocas cosas que destacar en él. Tiene un punto curioso y bastante mono ya que los cuatro bebés muestran unas coincidencias de aprendizaje y evolución que nos hacen ver que no somos seres tan diferentes desde el inicio y el hecho de que la interferencia adulta sea mínima es de agradecer, pero tampoco aporta gran cosa más allá de esto. Simplemente, podemos recrearnos en las cucadas de los bebés, en la cuidada fotografía y en algunos de los paisajes espectaculares mostrados pero aprenderemos más bien poca cosa y saldremos con la sensación de tiempo vagamente perdido. Se le podría haber pedido un poco más de profundización pero parece que al director le gusta quedarse en ese ni chicha ni limoná en el que se mueve.
Qué hubiera dicho mi madre: ay, qué ricos, qué ganas de llevarte a los cuatro a casa aunque cuando lloren no habrá quien los aguante, ya sean de Mongolia o aquí a la vuelta de la esquina.
Puntuación: 5.5 / 10
Me lo trago todo 