Qué me tragué: El castillo ambulante de Howl, penúltima película hasta el momento del director Hayao Miyazaki, mente de sensibilidad privilegiada también detrás de éxitos cinematográficos en animación como El viaje de Chihiro, Porco Rosso, Mi vecino Totoro o series de dibujos animados como Lupin (espectacular aunque no venga a cuento) o Sherlock Holmes. Sofía trabaja incansablemente haciendo sombreros hasta que, un día, se traslada por efecto de una maldición al castillo ambulante y comienza una delirante vida diaria con sus habitantes.
Porqué: Porque tengo una especial debilidad por las creaciones de este japonés que tiene una visión tan peculiar.
Qué tal digestión hice: Agradable pero un poco perpleja. Es decir, el filme toca una gran cantidad de temas pero los sobrevuela todos con cierta distancia sin entrar en profundidad en casi nada (supongo que por el público al que a priori van destinadas las películas “de dibujos”). Además, en la última parte, el argumento se desmadra absolutamente y, pese a que es muy efectista y visualmente hermosa, no se entiende gran cosa. Todo da igual, no obstante, es una delicia y se ve con una sonrisa gigante. Sigo pensando que Miyazaki no factura películas para niños, sino para adultos que tratan de encontrar, aunque sea sólo durante un par de horas, el olvidado regocijo de los dibujos animados.
Qué hubiera dicho mi madre: “Pero ¿ya estás con los dibujitos otra vez? ¿Tú no te vas a hacer mayor nunca?”.
Puntuación: 8/10
Me lo trago todo 
diegoista
/ 15/12/2009La reseña de un tipo de filmaffinity que me parece certera.
http://www.filmaffinity.com/es/review/99137931.html